martes, 14 de abril de 2009

Ergo Proxy: Jugando en terreno seguro


Estética y argumentalmente yo diría que “Ergo Proxy” es una cruza entre “Blade Runner”, “Equilibrium”, “Un mundo feliz” y hasta “Niebla” .Las similitudes entre esta serie y las tres primeras obras saltan a la vista de forma evidente, pues nos encontramos en un futuro post apocalíptico donde, en una sociedad aparentemente utópica pero emocionalmente reprimida en la que coexisten ciudadanos de primera, segunda y hasta tercera clase, los robots comienzan a tomar conciencia de su propia existencia al ser infectados por el virus “Cogito” adquiriendo caracteres humanos y cometiendo horrendos crímenes que constituyen la antesala de la aparición de una temible y misteriosa criatura llamada “ Ergo Proxy”. ¿ Pero qué o quién es el Proxy y cuál es su propósito? Con respecto a mi mutante asociación con “Niebla”, tal vez a alguien le suene familiar el dilema del creador creado, pero no puedo adelantar mucho al respecto sin arruinar la trama para quienes aún no la han visto. En otras palabras, nos encontramos en un futuro utópico que degenera en una horrible distopia donde lo peor de la humanidad se manifiesta mostrando una desgarradora visión de lo que podría pasar si seguimos por esta senda.

Lil Mayer (nunca me quedño claro si era Rel, real o lil y buscando su nombre en la web sólo acrecentó mis dudas), nieta del hombre que rige los destinos de la ciudad/cúpula, es la encargada de investigar las revueltas de los otrotra obedientes cyborgs secundada por un desmemoriado y aparentemente poco eficiente compañero llamado Vincent Law, a quien ella considera un tanto pusilánime. Vincet, a diferencia de Lil, no es originario de la cúpula y por lo tanto, al ser un extranjero, debe hacer méritos para convertirse en ciudadano, y, mientras no lo sea, sufrirá en carne propia los rigores de la paranoia y la xenofobia tan propias del mundo post 9/11. Víctima de un extraño ataque por parte del Proxy, Lil comenzará a cuestionar lo que ella percibe como realidad y se enfrascará en un delirante viaje en búsqueda de la verdad que pondrá a prueba los límites de su cordura. ¿Puedes aceptar la verdad de este mundo? ¿ Estás dispuesto a pagar el precio de conocer la realidad y sobre todo, de saber que lo único que hay tras una pregunta sin respuesta es otra interrogante probablemente más compleja aún? Y mientras Lil busca desesperadamente los porqués de este mundo que antes le parecía tan estable y aburrido, Vincet se esfuerza por huir de su destino y de sus responsabilidades sólo para entender que no puede escapar de sí mismo ni negar la multiplicidad de su ser.

Tenemos entonces dos personajes: uno que busca la verdad y otro que la evade, que se ven unidos por las circunstancias y una gran conspiración orquestada desde las sombras para evitar que los secretos que rodean al Proxy y al futuro de la civilización salgan a la luz. Junto a las figuras de Vincent y Lil, resaltan Raul Creed y Pino. El primero es una alta autoridad gubernamental que, en el superficie, parece un ser de frialdad inalterable aún cuando pierde trágicamente a su esposa y bebé en un ataque relacionado con los proxys( Me recuerda al Clérigo de Equilibrium a veces) Raul es una suerte de caja de pandora emocional que pasa de la completa obediencia a la total entropía siendo un conmovedor ejemplo de los desgarradores efectos del dolor sobre el alma humana; la segunda es una adorable androide de compañía que estaba al servicio de Creed y con quien tenía una relación de padre e hija que se ve malograda al ser afectada por el virus Cogito, lo cual la fuerza a huir, encontrando en Vincent un compañero de ruta y protector. Por otro lado tenemos a Dedalus, un joven y brillante científico relacionado con los proxys que tiene una obsesión casi enfermiza por Lil y al abuelo de ésta, un ser casi deshumanizado en virtud de su búsqueda de Dios.

Pino y Vincent se convierten en fugitivos y la pequeña androide comienza a experimentar el mundo de las emociones al tomar conciencia de su propia existencia, (entender qué es el amor, qué es la muerta, la amistad, etc) siendo finalmente el personaje más sabio y entrañable. Pino, en su inocencia nos muestra qué significa realmente ser persona y la importancia de jamás perder la capacidad de asombro. Es ella quien logra generar los momentos más emotivos y esperanzadores de esta críptica aventura que tiene pasajes densos y pantanosos, pero que no deja de mostrar ciertos destellos de humor y notable creatividad (el capitulo parodia de Disney world , el de quien quiere ser millonario mucho antes de la premiada cinta de Danny Boyle y el de la librería) .

Bajo la premisa de ser un animé adulto, con estética dark y centrada en planteamientos filosóficos varios, Ergo Proxy se diluye… zigzaguea entre dudas existenciales y ontológicas varias, dando poco espacio al espectador para procesar la información…muchos dicen que es una serie lenta, mas yo diría que su ritmo es “reflexivo”, pues sería imposible desarrollar la trama más rápido tratando tantos aspectos como los que pretende abarcar y , tomando en cuenta lo anterior, creo que le faltaron algunos capítulos para lograr redondear la obra. … ¿ me explico o no? Lo que trato de decir en buen Chileno es que “Ergo Proxy” da más vueltas que peo de culebra, pero no por eso es malo. Es más, es un muy buen animé… gran diseño de personajes y de androides,- me gustaron mucho los entourages ( muy a lo “ yo-robot/viaje de Shishiro”… grandes Iggy y Kristova!!)- buena música tanto incidental como opening y ending( Kiri de Monoral y Android Paranoid de Radiohead), buena línea argumental aunque su desarrollo es algo accidentado : demasiados datos anexos que distraen la atención y confunden bastante, diálogos supuestamente profundos que finalmente no conducen a nada y problemas en la dosificación de la información, pues en ciertos casos no explican nada de nada y en otros capítulos atiborran al espectador de antecedentes que a la larga entorpecen la trama (Lain tenía un problema similar) …. Cuadros, esculturas y libros que ya forman parte del patrimonio cultural de la humanidad, intratextualidad e intertextualidad en su máxima expresión para finalmente proponer ideas que ya fueron desarrolladas con más gracia y simpleza en otros libros y animés.

En síntesis “Ergo Proxy” cumple a cabalidad con los parámetros de la serie de ciencia ficción madura y ligeramente intelectual orientada a un público más adulto y ahí radica su problema: su concepto no es nuevo y se toma demasiado en serio, quien ya haya visto suficientes animés de este tipo no se encontrará con mayores sorpresas….Es un animé de estética cool y minimalista, entretenido y pausado, pero predecible porque sigue al pie de la letra las reglas de subgénero, a pesar de lo cual es muy recomendable.

jueves, 2 de abril de 2009

Mi estómago literario o reflexiones de un lector hembra

Desde que concluí mi lectura de “Los Hermanos Karamazov” me obsesioné por leer “Crimen y Castigo”, buscándolo desesperadamente en la repisa de mi abuelo, encontré una edición roñosa y tuve la mala ocurrencia de ir a leerla a la idílica playa de mi ventoso Arauco (Arauco es como Macondo, creo que algún día será arrasado por el viento y más de alguien tiene cola de chancho). Me senté bajo los pinos frente al mar y con horror vi como esas trepidantes páginas se elevaban por los cielos para luego precipitarse hacia los abismos marinos…desde entonces terminar aquella obra emblemática de la literatura Rusa se convirtió en una tarea pendiente: Mi alma de ñoña se dijo “No puedo morir sin antes haber leído Crimen y Castigo” y hace bastante tiempo que he vuelto a tener el libro en mi poder, esta vez, en una edición barata pero resistente y sin embargo no he podido terminarlo, más bien no he querido ¿Pero por qué? Podría culpar a la falta de tiempo, a la maldita preparación del examen de grado, a las fatalidades cósmicas o hasta a un mal de ojo, pero la culpa la tienen mis vísceras, pues, llegado cierto punto del libro, simplemente no puedo continuar y no es porque sea un libro malo o fome, sino que en ciertos pasajes me embarga una sensación gigantesca de angustia y simplemente TENGO que cerrarlo… es raro ¿o no?... En “Crimen y Castigo” nos encontramos con personajes en estado de absoluta miseria, más no sólo en el plano material, sino que también en el moral y las tristes historias de humillaciones y de degradación de la naturaleza humana por unos cuantos kopeks simplemente me erizan la piel y me hacen pensar en que las cosas no han cambiado mucho. Creo que después de haber leído Ygdrasil quedé saturada de miseria humana y tendré que exponerme a una buena dosis de cosas felices y esperanzadoras para volver a tolerar la crudeza, supongo que mis gustos literarios finalmente me pasaron la cuenta, pero no me rendiré porque hace poco fui capaz de pasar las horribles páginas donde un hombre alcohólico cuenta emocionado cómo su querida hija finalmente comenzó a prostituirse por el bien de su familia y él se gastaba ese dinero en su vicio.

Así como “Crimen y Castigo” me produce angustia, hay ciertos libros que me han causado náuseas en el buen y mal sentido de la palabra, por ejemplo, ciertos pasajes del ya mencionado Ygdrasil que desafiaban hasta a la sensibilidad menos susceptible como la descripción de la cámara del Invunche, el proceso de creación de las perras o las torturas a las que era sometida la protagonista en los que olías la putrefacción, sentías el dolor y era necesario apartarse un segundo de las páginas para respirar y seguir leyendo. También las divagaciones de Humbert Humbert en “Lolita” me causaban una extraña mezcla de repulsión y ternura, “El Socio” (de Genaro Prieto) casi me deja con cólon irritable (Algo similar me pasa con ciertos cuentos de Poe y de Lovecraft, claro que este último también me causa insomnio) y qué decir de las ganas que me daban de cachetear a Emma Bovary, a Fausto, a Aliocha y a Harry Haller. También recuerdo haber experimentado sentimientos encontrados leyendo dos de mis libros favoritos: “ El retrato de Dorian Gray” y “La Ciudad y los Perros”. En el primer caso el personaje de Basil me generaba animadversión, pues lo consideraba rastrero y lambiscón, un patético ser enamorado en secreto de Dorian y a medida de que avanzaba el relato tenía ganas de dejar de leer porque odiaba el deterioro en el que iba cayendo el alma del antes puro y adorable señorito Gray.
En “La Ciudad y los Perros”, por otra parte, me invadió la morbosidad al leer las prácticas en las que se involucraban los chicos y a la vez me embargaba un sentimiento de impotencia ante las injusticias que afectaban a algunos.

Y así como hay buenos libros que me suben a una montaña rusa emocional, hay otros que francamente me producen una intolerancia crónica cuyo origen no puedo explicar, es algo que siento en las entrañas y que a veces va de la mano de prejuicios bien estúpidos que, aunque trato de ignorar están ahí, pero bueno, supongo que tal como existen ciertos alimentos que causas acidez, también puede haber libros que te caigan “pesados”…recapitulemos: “La Casa de los Espirítus” de Isabel Allende, sólo la terminé porque la tuve que leer en el electivo de castellano y me harían una prueba, pero francamente sus personajes maqueteados (Blanca era insufrible), su “sensibilidad de izquierda” y su olor a copia de “Cien Años de Soledad” (que aunque no me gustó mucho, tiene partes geniales) me provocaron arcadas. “Romeo y Julieta” tampoco me dejó un sabor muy agradable en la boca… demasiado cursi y a ratos pensaba que esos dos tortolitos merecían morir por tontos, supongo que la veta más romántica de Willy no es mi fuerte, pero Hamlet, Othelo y Macbeth son otra cosa.

Leer un libro y que no te guste es normal, supongo que no soy la única que termina odiando a ciertos personajes de la literatura o a autores y que más de alguno ha experimentado físicamente los estragos de un buen o mal libro. A mí, por ejemplo me dan rabia los libros de autoayuda, me parecen sospechosos y crueles porque se aprovechan de la falta de fe que tienen las personas en sí mismas: En el Colegio me obligaron a leer “Juventud en Èxtasis” de Guactémoc Sánchez y francamente, aparte de ser plano y como de teleserie, no podía creer que pusieran unos cuadritos con los pilares de la relación de pareja o esquemas, o sea, era un manual disfrazado de libro y que tenía un aire a sermón. Hace unos años me dije “misma, no puedes ser tan prejuiciosa: dale una oportunidad a Cohelo”… ejeje… bueno, llegué hasta el prólogo de “El Alquimista” y eso fue todo, pues ahí relataba una experiencia que había tenido en el Amazonas o algo por el estilo (la verdad no lo recuerdo), pero lo encontré engrupido y chanta a morir, puede que me guste ser miserable y por eso rechazo este tipo de literatura que yo considero más cercana a un catálogo o a un instructivo que a un libro propiamente tal. Algo similar me pasó con “Crepúsculo” la novela de vampiros de moda, mi amiga Poli (Un extraño engendro que devora por igual sagas de Asimov, libros de Mitología griega y novelas “jazmín” (inclúyanse también las Corin Tellado y las Arlequín)) me hablaba de ellas con profunda emoción y al hojear un pasaje donde la joven hablaba de los inconvenientes de tener a un vampiro como novio con la liviandad de quien tiene como pololo a un “chico malo” onda “Rebelde sin causa”…no me dio buena espina y hasta ahí llegó mi intento por estar al corriente con los libros de moda, soy, como diría Cortázar, una lectora hembra…caprichosa, indisciplinada y que no es muy dada a intelectualizar el proceso de lectura…si me causa mariposas en el estómago y me eriza la piel, entonces voy por buen camino. Soy lectora hembra, a mucha honra.