Para mí el enamoramiento, además de esas mariposas en la guata se acompaña con una gran cantidad de estrés que se manifiesta a través de ciertos problemillas propios del shock que me causa saber que alguien se fija en mí llegando a variadas y extrañas reacciones como incapacidad para comer, tomar 4 veces seguidas la micro equivocada o salpicar a la pobre criatura con jugo de frambuesa producto de un ataque de risa nerviosa. Pero hay una sensación muy parecida al amor que experimenté antes de que algún hombre llegara a mi vida y que nunca se ha vuelto a repetir con tal intensidad…¿ Habrá sido amor verdadero? No lo sé, lo único que sé es que recuerdo con nostalgia aquellos días del año 2000 cuando me aventuré a Santiago a un evento de cómics: el Ficción 2000 que tuvo lugar en la estación Mapocho. Era la primera vez que iba a un evento de tal magnitud y en el que estar perdida en una multitud no me causó pánico, es más… sentía que flotaba y sólo podía escuchar el palpitar de mi corazón… tantos cómics, tanto animé… tanta música… una sensación de pertenencia nunca antes experimentada…creo que nunca he sido más feliz en mi vida ( Sé que suena súper ñoño, pero aún me acuerdo de cuando pululaba por los stands y hablaba con gente que jamás había visto pero que parecía conocer de toda la vida)
Un buen cómic o animé y también un buen libro, me provoca cosquilleos en el estómago y la imperiosa necesidad de verlo o leerlo hasta que se acabe y revisitarlo constantemente… me hacen reír, llorar, pensar o simplemente dejarme llevar por sus páginas, viñetas o fotogramas… y, aunque me de algo de vergüenza confesarlo, incluso soñar con finales o capítulos alternativos.
Un cómic, un libro o un animé, son, para mí, aparte de un instrumento de evasión, fieles compañeros que jamás te abandonan ni te exigen nada (bueno, en algunos casos un poco de esfuerzo neuronal o mucha tolerancia). Siempre están ahí para ti y cada vez que los vuelves a ver o leer te descubres cosas nuevas… un detalle o una pista escondida entre las líneas, de alguna forma son como esa persona especial que nunca termina de sorprenderte.