miércoles, 19 de noviembre de 2008

Morphine Dreams: No solo del cuervo vive el hombre


¿ Qué tienen en común dos amantes que se desintegran en el infinito y un hombre que conduce un vehículo que dejaría en vergüenza al auto fantástico perseguido por una pandilla de coyotes en motocicleta? Pues, a simple vista NADA!, nada excepto haber saludo de la perturbada cabeza de James O`Barr. Sí, el mismo que sorprendió al mundo hace más de veinte años con su genial y oscuro “Cuervo”. ¿ Pero qué hace tan desligado de sus sombríos y plumíferos orígenes? Pues se da el lujo de experimentar… (bueno, algunos críticos han dicho que autocomplacencia pura, con lo cual concuerdo hasta cierto punto).

“Morphine dreams” es un compendio de sueños locos, inquietantes a veces, y otras, simplemente hilarantes… un ejercicio de creatividad a ratos complejo, a ratos desfachatado marc
ado por el trazo seguro y desigual de este norteamericano cuyo fuerte radica más en las historias que crea que en su dibujo. De narración dispar, este cómic que salió a luz en 1999 se divide en 3 segmentos: Dos historias cortas y un apartado de ilustraciones titulado “Wages of Sin” donde se compilan bosquejos dedicados a su esposa Kerin, quien también inspira el primer cómic de este volumen “Pink dust on a yellow moon”, luego le sigue la absurda y genial “Slave Cylinder”.


Sin duda, el mérito de “Morphine Dreams” reside en su peculiaridad, en su carácter personalísimo y completamente anticomercial. Es una obra de múltiples lecturas que, a la vez, es bastante lúdica.

La primera historia es una fantasía romántico-metafísica que habla de la fusión de los amantes, quienes se dirigen juntos hacia la muerte y se unen mediante una especie de rito sexual basado en ingerir una suerte de polvo rosado.¿Una droga o tal vez una suerte de químico afrodisíaco…(Hasta podría ser ambrosía en polvo). El dibujo de O`Barr es algo sucio y a veces (bueno, para ser justos, la mayoría del tiempo) las figuras humanas resultan algo tiesas y desproporcionadas. Creo que en el ámbito “serio” es difícil llegar a superar al “Cuervo” aún cuando este último igualmente tiene varias fallas gráficas.


Siguiendo nuestro recorrido a través de los sueños del Sr. O`Barr nos encontramos con lo que es, a mi juicio, la mejor parte de este volumen: “Slave Cylinder”, donde un ingenioso guión se combina con un dibujo y encuadre de viñetas que irradian dinamismo y energía. Esta historia narra ágilmente las peripecias de Henry (un chico con una estética que nos recuerda al cuervo) y su tripulación bastante sui generis (unos ratones abacanados y barsas hasta decir basta) a bordo de un auto llamado Madra (pariente del auto fantástico, porque habla y todo eso) que, curiosamente es un modelo “Road Runner VII”. Bueno, Henry sus amigos son atacados por una pandilla de sádicos coyotes motorizados que, seguramente no habrían necesitado de los artefactos ACME para devorar al siniestro correcaminos. Mención aparte merecen los sarcásticos comentarios de las ratas, que realmente son de antología.

En cuanto al dibujo, “Slave Cylinder” es casi perfecto, los fondos rocosos del cañón donde se desarrolla la persecución están muy bien logrados, así como también el manejo de la perspectiva. El diseño tanto de los coyotes como de los ratones es delirante, mientras que el punto bajo es nuestro protagonista humano que a ratos luce demasiado tieso y desproporcionado.

Para finalizar, el tomo se cierra con una serie de ilustraciones dedicadas a su esposa, que justamente sirvió de modelo para algunas de ellas. Hay que decir que, si bien hay algunos problemillas de proporción y en algunos casos de rigidez, en general está bien logradas. De hecho hay un par de ellas que están francamente geniales. Aparte de estos dibujos en los que combina tintas, tramas mecánicas y carbón. También incluyó bosquejos a lápiz que van desde el logo del cómic hasta un par de poses para “Pink Dust on a Yellow Moon”. A modo de cierre, en la contraportada aparece una bella ilustración de una mujer besando el pie de Jesucristo crucificado, bajo la cual hay un poema que invita a la reflexión.

Como pueden apreciar, “Pink Dust” es un compilado bastante ecléctico, donde O`Barr nos muestra un lado un poco más luminoso de su obra y de su ser.






PD: ¿Alguien me dice como sacarle el subrayado a las letras, no cacho como se puso ni como sacarlo? ... mm.. fue terrible encontrar imágenes de "Pink Dust" en internet, hay puros pics del Cuervo y para colmo entre tanta mudanza no pude pillar el cómic para escanear directamente las imágenes, así que escanié unas viñetas locas que estaban en mi viejo fanzine donde originalmente publiqué este artículo.

2 comentarios:

Cayo Petronio dijo...

El coyote...ganó?

Ashurita dijo...

Nah!... aun en las fantasías mas retorcidas el pobre coyote no gana ...snif