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Hay algo gracioso acerca de los cómics, películas y libros ambientados en un futuro cercano que ya fue, porque ya pasó el año 1984 y occidente no está bajo una gigantesca dictadura socialista militarizada ( aunque el concepto del gran hermano está tremendamente vigente y no sólo lo digo por el reality homónimo). Es el año 2009 y no se ha activado el SDF-1 y en 1999 Francia no estuvo asolada por una epidemia de SIDA en virtud de la cual se relegó a los enfermos a precarios guetos como se planteaba en la novela gráfica “Pecado Mortal” . (Pero los inmigrantes argelinos y marroquíes viven una situación similar) y “Wild Palms”, creado en la primera mitad de los noventas, no es la excepción: supuestamente su historia transcurre en el año 2007 y vemos al papa Juan Pablo II vivo y que Julliette Lewis aún es novia de Brad Pitt…son detalles, simples detalles que generan una dicotomía entre nuestro presente y el futuro planteado en la obra que pasa, de esa forma, a constituir una realidad paralela…un pasado alternativo.
Luego de esta reflexión procederé a enunciar la trama del cómic simplemente reproduciendo la reseña de la contratapa,: “Corre el año 2007. Harry Wyckoff es un abogado que se ve arrastrado dentro de una sociedad secreta llamada “Wild Palms” (cuya cubierta es la de una agencia de talentos en Hollywood) pero que en realidad está integrada por fascistas desalmados y visionarios de la realidad virtual. Esta agrupación es dirigida por el senador Anton Kreutzer que sueña con controlar la voluntad de sus seguidores y el destino del mundo con la ayuda de las drogas, la religión y la televisión. Harry debe luchar para conservar la razón y se precipita a una pesadilla nebulosa y caleidoscópica: Su lucha sólo puede conducirle a la tragedia…o a la trascendencia”. Como dato extra, esta novela gráfica publicada por entregas de 2 páginas en una revista inspiró una serie de televisión de Oliver Stone que, al parecer es considerada como “de culto”.
Dicho lo anterior y, agregando que el tomo recopilatorio a cargo de B ediciones es coronado por un rimbombante prólogo que exuda snobismo (no sé si existe esa palabra, pero a veces me tomo algunas licencias) tengo que decir que a este cómic, o lo amas o lo odias, porque “Wild Palms” es barroco, psicodélico, verborreico, fragmentado y exuberante…agota la mente y los sentidos logrando crear en la psiquis del lector un nivel de confusión que debe ser similar al que experimenta el atribulado protagonista de esta obra cuya voz en off aparece en casi todas y cada una de las viñetas, dando la impresión de que este cómic necesita explicarse a sí mismo a cada instante…bueno, creo que por eso USA Today lo calificó de “Un toque de diana lleno de creatividad agresiva y desenfadada que eleva la capacidad de la televisión para contar historias hasta una dimensión desconocida”. Claro que yo coincido más que nada en el desenfado y en la agresividad, pues realmente me sentí bombardeada, sobreestimulada y me vi en graves aprietos a la hora de discriminar la información importante del simple “ruido” narrativo, ya que había demasiada intra e intertextualidad, citas cinéfilas, nombres de canciones y cameos…bueno, concederé que las bizarras apariciones de Carrie Fisher, Bill Clinton, Eddie Murphy, Jim Belushi, Bob Dylan , el elenco de Bonanza y Burt Reynolds entre otras celebridades fueron agradables sorpresas (aun caundo fuera para decir “oh! Está Clinton jurando en la tele que está encendida en el fondo”).
Lo que la reseña de la contraportada no decía era que entre los miembros de wild Palms se encontraban no sólo políticos, sino que también numerosas luminarias de Hollywood e intelectuales, dando una visión siniestra y decadente del show Business( Aunque en todo caso ya estamos al tato de su decadencia). Tampoco nos dice que antes de verse tragado por esta vorágine de realidad distorsionada, nuestro héroe era un típico abogado yuppie exitista, snob y aspiracional asiduo a diversas sustancias que le permitían trabajar lo necesario para mantener el estilo de vida propio de Beverly Hills…a mi parecer Harry ya era un alma perdida antes de ser absorbido por los tentáculos de Wild Palms, pero al menos después de aquel episodio, tomó a ratos el control de su vida en un acto de rebelión antisistémico que no llegaría a buen puerto, pero que le daría cierta dignidad a su patética existencia.
En cuanto al apartado gráfico, Julian Allen crea una atmósfera pesadillesca y saturada que es muy apropiada para la historia aplicando técnicas mixtas como la acuarela, lápices secos y fotografía con un resultado desigual, aunque siempre realista. En general los dibujos se ven tiesos y extraños, como calcados de una foto o simplemente como fotografías intervenidas, por otro lado aparecen fotos en composiciones tipo collage y hay algunas viñetas realmente logradas sobretodo en lo que se refiere a fondos, pues, las figuras humanas resultan algo inexpresivas, a veces planas…en síntesis se trata de un dibujo bueno, con gran uso de la perspectiva y de correctas proporciones, pero carente de alma, pues nunca me quedé pegada admirando alguna viñeta como me pasó con el impecable trabajo de Muth en “The Mystery Play” o con la genialidad de Dave McKean en “Arkham Asylum” (por citar a algunos, porque también se me vienen a la mente viñetas conmovedoras de “Juan Buscamares”, “Sambre”, “Ikkyu”, “La espada del Inmortal” y tantas otras).
Objetivamente “Wild Palms” es un buen cómic: Está sobre la media, es provocador e interesante pero que se toma demasiado en serio. Tiene un buen dibujo y una buena historia que termina siendo muy densa.
Subjetivamente, este cómic no me pareció nada del otro mundo, he leído mejores y francamente odié a cada uno de sus personajes…Es demasiado críptica y esquizofrénica, no sé a lo mejor no tuve la madurez intelectual necesaria para comprenderla a cabalidad y valorarla, sin embargo su lectura se me hizo tan paquidérmica que releerla a fin de estudiarla en profundidad sería un acto masoquista.