La historia de un dedo

Creo que por alguna razón los fines de semana son los días hechos para parrandear, por algo cuando uno lo hace en una fecha extraña cosas horribles suceden. Es como tentar a la muerte o jugar con el orden cósmico: No hay que beber los días lunes... no hay que carretear un día lunes... ésa es la funesta lección que aprendí de manera muy dolorosa o ,más bien ,tragicómica.

Lo terrible es que ni siqueira estaba ebria cuando sufrí el incidente, lo cual no me impidió quedar algo desequilibrada al final de la velada. Y es que en realidad, esto de salir de noche hasta altas horas de la madrugada e incluso caer bajo el influjo de Dionisio no es algo que me caracterice...es más, soy de aquellas personas que sólo sosportan trasnoches fiesterios como dos veces al año y que no resienten los desvelos sólo cuando son ocacionados por un buen libro, una película o dibujando.... aún sufro los avatares de mi irresponsable desición.

¿Pero qué me pasó se preguntarán ustedes? (Un par de lectores lo sabe y agradezco particularmente a uno de ellos (ella, en realidad) por su preocupación y cuidado ) Bueno... fui víctima de un "jocoso" accidente que,-- según el culpable --Fue producto de mi descordinación y según el resto de la concurrencia y yo, fue causado por su impaciencia. Los que sucedió fue que cerré mal la puerta del auto, pues mientras me bajaba de éste debí equilibrarme para no caer a una pocita de agua y no botar nuestras bolsas de "víveres" (pisco sour y bebidas) al suelo y por lo tanto debí repetir el procedimiento: Abrí la condenada puerta y luego metí mi manito adentro para ponerle el pestillo y cerrarla apropiadamente, pero mientras realizaba dicha operación y sin percatarse de que mi manita pequeña de empanada estaba adentro, mi niño cerró dicha puerta con inusual fuerza y le puso pestillo....Jajaja... con el tremendo shok se me pasó el sueño, el dolor de cabeza y todo... gracias a Dios sólo quedé con un corte que ya está cicatrizando y dos dedos morados... si demora un poco más probablemente mi manito habría quedado medio deforme. Raudamente, y lleno de culpa, mi niño procedió a curar mi herida y luego vestí al dedo accidentado con serpentinas. Una vez pasado el susto todo salió muy bien, me divertpi bastante y ahora tengo una poderosa arma de chantaje para obtener todo lo que deseee jajajaj!!! Desde esa madrugada mi atribulado vitimario me ha colmado de chocolatitos...y, por lo menos para mí, no hay nada que un rico chocalate con almendras no pueda arreglar XD.

Esa noche fue bizarra.... ví cosas que tal vez no debería haber visto jajja .. bueno, en realidad me arrepiento de no tener una cámara fotográfica. Sólo puedo decir que afloraron las multiplicidades de "yo" de mis queridos compañeros. Que hubo bultitos varios y que un conspicio compañero de rubicundas mejillas se transformó en un candidato a full monty. Yo, por mi parte, siendo casi abstemia, aún sufro las consecuencias de un par de pisco sours y la falta de sueño, pero mi dedo ya está bien y se ha convertido en una adorable herramienta de "persuación".