Mi pinta top

Todas (o casi todas) las mujeres que conozco tienen una prenda a la que adoran... que se ponen una y mil veces porque con ella se sienten absolutamente matadoras. Son como mágicos artilugios que las dotan de un misterioso poder, de confianza y sensualidad. Animal pequeño (mi adorable hermana menor de blondos y élficos cabellos) tiene la suya y sagradamente la utiliza en sus "noches de juerga y cacería", mientras que yo.... buaaaaa---- no U_U, pero solía tenerlas, claro que no eran muy comprendidas por el resto de los mortales.

Cuando tenía 14 años tuve mi primera prenda regalona y (sólo para mí) ultra top y mega cool: era una de esas poleras a las que uno le elige el estampado. Era gris y el estampado que elegí para ella era un furibundo bull dog rojo envuelto en llamas y rodeado de una cadena que decía "mad dog". La verdad es que a mi madre no le complacía mucho esta polera, pero al menos estaba conforme con fuera de mi talla (yo solía usar sólo cosas XL como los buzos de mi padre); tampoco a mis amigas les agradaba demasiado, pero a mis compañeros varones les encantaba. Esta fue mi polera amuleto, la que usé en la primera convención de cómics a la que fui y que vestí el día en que el guionista de "Lobo" me firmó un autográfo y Cam Kennedy me dibujó un Batman que aún conservo @_@. Pero mi adorable bulldog feneció por causas naturales... no resistió tres años de constante exposición y lavados, comenzando a desintegrarse.

Pero entonces, en mi gira de estudios divisé a la que sería mi controversial y adorada nueva prenda top: una polera XL de Fear of the Dark con la maravillosa mascota de Iron Maiden saliendo de las entrañas de un arbol...... fue amor a primera vista y tuve que luchar constantemente para que no me separaran de ella. Cuando llegué a mi casa con ella y me la puse por primera vez tanto mi madre como mi nana me trataban de hacer ver que no era apta para mí... que el "mono era tan satánico", que "no era apta para una señorita", y que "era tan grande y negra que moriría de calor", mas esas cosas eran absolutamente intrascendentes para mí que, investida de esa túnica, me sentía la dueña del mundo. Sí, parecía una camisa de dormir ¿Y qué? Su amplitud me permitía ocultar todas las formas de mi cuerpo que me incomodaban. Sí, el Eddie Maiden no es precisamente un cariñosito, pero siempre he amado el grafismo de Iron Maiden y en genral, todo lo grotesto y lo monstruoso (amo a Gigger y me encanta la serie de garbados de los "caprichos de Goya") así que era una especie de declaración estética. Durante un año esta polera gigante y horriblemente bella fue mi fiel compañera hasta que los hasta entonces infructuosos esfuerzos de Polipoz por convertirme en una "señorita" rindieron frutos después que el amor llegara a mi puerta(La pobre Popz pasó un año tratando de que me pusiera ropa de mi talla y de que utilizara algo de maquillaje y se enojó mucho porque sólo hice caso a sus consejos habiendo un hombre de por medio). Entonces mi polera de Iron Maiden pasó a ser mi prenda regalona de uso diario para los quehaceres cotidianos o para cuando dibujaba o pintaba (lo genial es que jamás se ensució) y luego pasó a ser la camisa de dormir más adorablemente freak que he tenido hasta que un día misteriosamente desapareció..... La busqué con desesperación y le pregunté hasta a los perros de mi casa si la habían visto "¿Chatito, no te habrás puesto a jugar con ella , cierto?" Temía verla hecha girones en el patio, pero lo que me esperaba era la revelación de una verdad aún más cruel.

Un día lunes de vacaciones de verano en el que milagrosamente me desperté temprano escuché un dulce canturreo, embobada por la voz seguí las notas muscales hasta llegar al sector de la casa que está cubierto de baldosas rojas. Ahí estaba mi nana Pao, sonriente esparciendo la cera con un escobillón cubierto de una tela negra... mm---- una tela negra que me resultaba particularmente familiar.... era... oh, no ! era mi polera fear of the dark!! ¡¿Cómo era posible que se hubiese cometido tal ultraje?! Mi polera top... la que me acompañaba en mis peregrinaciones a disquerías metaleras y tiendas de cómics terminaba sus días como un vil trapeador. Fui incapaz de decir algo... la ira y la pena me consumían.... y la Pao me miraba con sus ojitos malévolos llenos de risa, pues desde que vio esa prenda su único deseo había sido destruirla (misteriosamente cada vez que iba al lavado desaparecía y debía estar muy pendiente, casi como un sabueso para mantenerla segura, pero tuve un lamentable descuido) y lo había conseguido con el beneplácito de mi madre porque "yo ya estaba grande, estaba en la universidad y tenía que comportarme y verme como alguien de mi edad, además tenía un hoyito la polera".... mm... argumentos vacíos... excusas baratas... una muerte indigna para una fiel compañera, para una pequeña obra de arte pintada sobre algodón negro que tuvo un trágico fin.

IN MEMORIAM POLERA FEAR OF THE DARK